Da: "Nello Margiotta" A: Oggetto: ARGENTINA:Gran ajetreo político al margen de los partidos Data: lunedì 9 settembre 2002 0.20 Marcela Valente BUENOS AIRES, sep (IPS) - Un movimiento social cada vez más diverso procura influir en la vida política de Argentina por fuera de los cuestionados partidos tradicionales, que, lejos de toda autocrítica, se preparan para competir de nuevo en las urnas. Vecinos reunidos en asambleas, desempleados, trabajadores de fábricas abandonadas por sus dueños, ahorristas estafados, miembros de la red del trueque, intelectuales, académicos, artistas, estudiantes, pequeños empresarios, entre otros, se movilizan de espaldas a la política tradicional. El rasgo común es la determinación de participar, ocupar espacios, incidir en las grandes decisiones, asumir un mayor control en los asuntos de Estado y lograr que los dirigentes políticos, sean del partido que sean, cumplan con los compromisos preelectorales o, de lo contrario, que se vayan. El afán de participar en la vida pública de forma directa, sin la mediación de los partidos, fue interpretada de inmediato por un canal de televisión, que convocó a personas con aptitudes de liderazgo y propuestas para que se den a conocer en un nuevo programa que se llamará "El candidato de la gente" . Los nuevos movimientos tienen creciente protagonismo en las calles y logran fuerte respaldo popular desde diciembre, cuando en medio de la crisis económica se registraron saqueos y manifestaciones espontáneas de protesta que precipitaron la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa. Pero las nuevas organizaciones no llegan a constituir una alternativa política, con un programa electoral articulado. Algunas solo quieren hacer oir sus reclamos. Otras, en cambio, sí se proponen desempeñar la administración del Estado, pero con plazos más largos que los marcados por el cronograma electoral. "No se trata de falta de interés por participar sino que queremos hacer una fuerte impugnación del régimen político", aclaró a IPS el economista Julio Gambina, de la filial argentina de la Asociación por una Tasa a las Transacciones Financieras Especulativas para Ayudar a los Ciudadanos (ATTAC). Aun cuando no participen en las elecciones, "en cada movimiento existe un proyecto político", aseguró Gambina. Dos de cada tres argentinos consultados por encuestadora Hugo Haime y Asociados no le tienen confianza a ningún candidato a presidente de los que se presentarán en las elecciones del 30 de marzo, según un estudio publicado el día 2 de este mes. El país atraviesa la crisis más profunda de su historia, con una depresión económica signada por más de cuatro años de recesión, elevado desempleo y más de la mitad de la población viviendo en condiciones de pobreza. "La crisis estructural del país hizo que la desconfianza bata récords nunca vistos. Nadie da el perfil que busca la gente, los votantes no confían en nadie y los postulantes que tienen más respaldo apenas superan 20 por ciento, o sea que no se puede decir que haya favoritos", observó el encuestador Hugo Haime. El escenario podría ser considerado la oportunidad ideal para un mayor protagonismo de los movimientos sociales que brotaron en los últimos años con el malestar que provocó la crisis, pero la mayoría de ellos se manifiesta reacio a intervenir en lo inmediato. "A nosotros nos interesa ser gobierno, pero sabemos que con un solo sector no alcanza", dijo a IPS el coordinador nacional de Barrios de Pie, Jorge Ceballos. Su organización representa a miles de jefes y jefas de familia de áreas pobres, la gran mayoría desempleados. "Tenemos que construir un amplio movimiento político y social de todo el arco de los afectados y excluidos por el modelo neoliberal. Pero falta tiempo. Todavía no han nacido las nuevas representaciones de los descontentos. Es algo que tiene que ir madurando y que se va construyendo en las luchas cotidianas", explicó. Ceballos, como muchos otros dirigentes comunitarios, dice que su organización no participará en las próximas elecciones, pero no porque descrea de las urnas para renovar la política, sino porque observa que todos los candidatos que se postulan formulan variantes para mantener el esquema neoliberal que ellos rechazan. Por su parte, el dirigente de la organización de desempleados Corriente Clasista y Combativa Juan Alderete dijo no creer en estos comicios, a los que le restó legitimidad. Igual posición tiene la cooperativa de desocupados Anibal Verón, que prefiere ocupar su tiempo en reclamar alimentos para sus comedores. Mientras, los políticos tradicionales suman rechazo y escasa credibilidad. Como respuesta a quienes exigen "que se vayan todos" (la caducidad de todos los cargos electivos y la convocatoria a nuevas elecciones generales), el presidente Eduardo Duhalde creó un registro de dirigentes que renunciaban a presentarse de nuevo como candidatos. Lo firmaron él mismo y otros dos dirigentes más. Entre los políticos tradicionales que se postulan a la presidencia, el que reúne más apoyo es el ex gobernador de la provincia de San Luis, Adolfo Rodriguez Saá, del gobernante Partido Justicialista (peronismo). Rodríguez Saá fue designado en diciembre como reemplazo del renunciante De la Rúa, pero sólo duró una semana en la presidencia. La declaración del cese de pagos de la deuda externa y el nombramiento de políticos cuestionados por denuncias de corrupción causaron rechazo de diverso origen hacia su figura. Los gobernadores de su partido que lo habían apoyado forzaron su renuncia. Rodríguez Saá obtuvo 22,7 por ciento de la intención de voto entre los encuestados por Hugo Haime y Asociados. Le sigue la diputada Elisa Carrió, ex integrante de la tradicional y centrista Unión Cívica Radical, con 17 por ciento. Carrió, quien abandonó el radicalismo para formar un nuevo partido concentrado en investigar actos de corrupción, es, según los sondeos, la dirigente que inspira mayor confianza. Sin embargo, apenas 10 por ciento de los encuestados cree que gobernaría bien, y ella misma se muestra vacilante sobre su postulación. Después de Carrió se ubica el diputado socialista Luis Zamora, una figura marginal en el ambiente político de los años 90 cuya figura creció en el último año. Pero Zamora tampoco parece decidido a asumir la presidencia. "Yo le digo a la gente: no soy yo el que los va a salvar, son ustedes los que tienen que saber hacia dónde quieren ir", dijo. Con menos posibilidades, dentro del justicialismo se postula también el gobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner, y el de Salta, Juan Romero, el ex gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota y el ex presidente Carlos Menem (1989- 1999). En la centroderecha, crece el economista Ricardo López Murphy, que fue ministro de Defensa y de Economía de De la Rúa, sin superar seis por ciento de la intención de voto entre los encuestados. Ningún candidato consigue "enamorar" a los votantes argentinos, escépticos sobre la posibilidad de que algún dirigente sea capaz de cumplir con sus promesas de campaña y sacar al país de la crisis, exigencias que podrían considerarse elementales pero que en la Argentina de los últimos años no lo son ************************************************** Nello change the world before the world changes you because another world is possible