Da: "Nello Margiotta" A: Oggetto: ARGENTINA:Sistema bancario en estado de coma Data: domenica 19 maggio 2002 11.03 Marcela Valente BUENOS AIRES, 18 may (IPS) - La crisis bancaria de Argentina que se precipitó en diciembre ha puesto al sistema financiero al borde de la total destrucción, y hay quienes piensan que lo peor está por venir. Los depósitos bancarios disminuyeron en un año de 80.000 a 10.000 millones de dólares. En 1985, había 200 bancos en el país, pero el "efecto tequila" de la crisis mexicana de 1994 incluyó una reducción a poco más de la mitad del número de instituciones financieras, con instalación de muchas que se presentaron como filiales de grandes bancos extranjeros, respaldadas por la solvencia de sus casas matrices. "El efecto de la extranjerización (de la banca) es que inmuniza al sistema en términos de liquidez frente a corridas financieras", aseguró en 1997 el entonces presidente de la Fundación Capital, Martín Redrado, actual encargado de relaciones económicas internacionales de la cancillería argentina. Sin embargo, la mayoría de las instituciones extranjeras instalaron sociedades anónimas, con el nombre que las identifica en el mundo pero sin responsabilidad de respaldo si se producían dificultades. Muchos argentinos ignoraron eso hasta que comenzó la crisis. En la actualidad, y aun con la restricción del retiro de depósitos vigente desde el 1 de diciembre, llamada "corralito", está intervenido el Scotiabank Quilmes, propiedad del banco canadiense Scotiabank, y todos los demás debieron recibir auxilio financiero del Banco CEntral. Esta semana, accionistas del banco francés Crédit Agricole, dueño en el país de los bancos Suquía, Bisel y Banco de Entre Ríos, viajaron a Buenos Aires para considerar el aporte de capital a esas instituciones, pero concluyeron que es preferible ponerlas a la venta. Otros bancos extranjeros manejan la posibilidad de cesar sus negocios en el país y millones de depositantes se sienten estafados. "Estamos ante un proceso de destrucción", comentó a IPS un ex banquero y actual consultor financiero que pidió no ser identificado. "Cuando un país se declara en cese de pagos, rompe los contratos y devalúa en una economía dolarizada, 90 por ciento de las empresas quiebran, incluyendo a los bancos y al propio Estado", añadió. "Desde mediados de los años 90 se tenía la falsa impresión de que filiales de bancos extranjeros tenían prestamistas de última instancia en sus casas matrices, pero no era así", comentó. "Los ahorristas quieren su dinero, y hay riesgo de que los bancos comiencen a caer uno a uno, por iliquidez", remarcó. Tras la "etapa de destrucción", la situación podría normalizarse a mediano plazo, si se restaura la confianza, pero también es posible que el mercado financiero local pase a ser "pequeño, inoperante, sin crédito y puramente transaccional", pronosticó. "En la crisis actual, en Argentina sobran la mitad de los comercios y la mitad de los bancos", aseveró. El retiro de depósitos comenzó en forma gradual durante 2001, por falta de confianza tras casi cuatro años de recesión que desembocaron en una crisis de cesación de pagos, pese a cuantiosa asistencia de organismos multilaterales de crédito. Esta semana, el diputado Mario Cafiero, del opositor partido Argentinos para una República de Iguales, denunció a la justicia que balances mensuales presentados al Banco Central muestran que los propietarios extranjeros de bancos locales se llevaron desde febrero unos 25.000 millones de dólares en forma "silenciosa y ordenada". El "corralito", implantado el año pasado por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, limitó en primera instancia, por 90 días, la salida de efectivo de los bancos a 250 pesos por semana, cuando aún regía la paridad forzosa del peso y el dólar. Así comenzaron a agudizarse la recesión, la iliquidez, y la falta de crédito. Cayeron en forma acentuada las operaciones de compra y venta, y se frenaron proyectos de todo tipo por falta de fondos. La medida causó un fuerte malestar social y aceleró el proceso que terminó con la renuncia del presidente Fernando de la Rúa el 20 de diciembre. En enero, el actual presidente Eduardo Duhalde devaluó el peso tras 11 años de paridad forzosa con el dólar, reprogramó con largos plazos la devolución de fondos a ahorristas y permitió convertir a pesos los créditos y depósitos en dólares. Unos 200 mil ahorristas, en un total calculado de nueve millones, presentaron al Poder Judicial recursos de amparo, con el argumento de que el "corralito" es inconstitucional. Hasta ahora, casi 20.000 de esas personas lograron fallos judiciales favorables que les permitieron recuperar sus depósitos, y los bancos sostienen que si ese proceso continúa los llevará a la quiebra. La cotización de dólar llegó a 3,45 pesos el viernes, y eso aumentó la crisis de liquidez de los bancos medida en dólares. La Asociación de Bancos de Argentina, que reúne a las instituciones privadas locales y extranjeras, alegó esta semana ante la Corte Suprema que hay " riesgos de colapso del sistema financiero" por la persistente salida de depósitos sin contrapartida de nuevos ingresos de dinero. Si ese proceso continúa, 75 por ciento de los depositantes no podrán recuperar sus fondos, cesará la concesión de créditos y se perderán unos 100 mil puestos de trabajo sólo en el propio sistema bancario, advirtió. Duhalde propuso dos programas de canje de depósitos por bonos a largo plazo, pero ambos fracasaron por falta de apoyo parlamentario, debido a presión de ahorristas y a que los bancos se niegan a garantizar la emisión de tales bonos. El primer ministro de Economía de Duhalde, Jorge Remes Lenicov, renunció en abril debido al fracaso del primero de esos planes, y su sucesor, Roberto Lavagna, tampoco consiguió hasta ahora un acuerdo para solucionar el problema. Esta semana se hicieron públicas discrepancias entre el ministerio de Economía, que quiere ofrecer distintas opciones a los ahorristas, y el Banco Central, que insiste en mantener en gran medida el "corralito", para evitar retiros masivos que se vuelquen a la compra de dólares y agraven la crisis. El presidente del Banco Central, Mario Blejer, desmintió rumores de que había renunciado a su cargo en una entrevista publicada este sábado por el diario Clarín, pero admitió que tiene importantes discrepancias con Lavagna sobre la cuestión del "corralito". "Nos iremos si concluimos que no podemos manejar estos temas", advirtió. Nello change the world before the world changes you because another world is possible www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm