Da: "Nello Margiotta" A: Oggetto: Argentina: Acerca de la mayor estafa de la historia Data: mercoledì 22 maggio 2002 19.51 Naúm Minsburg Economista, Miembro del Consejo Académico de ATTAC-Argentina naumin@netizen.com.ar Desde los inicios del año 2001 y durante el desgobierno de la dupla de la Rúa - Cavallo, se hizo evidente y de manera rotunda, la tergiversación de las promesas electorales de la Alianza, y el fracaso de una política económica delineada exclusivamente para cumplimentar las exigencias de los capitales más concentrados asociados con los grupos transnacionales en un todo coincidentes con las directrices del F.M.I. Ante el colapso del modelo monetarista impuesto a ultranza y de ajuste permanente, fue creciendo el descreimiento sobre el mantenimiento de la convertibilidad que, durante una década ha sido exhibida como el mayor éxito alcanzado por el cavallismo, y a la que se le había efectuado una desenfrenada propaganda oficialista. La desconfianza se incrementaba y aumentaba también la preocupación acerca de la posibilidad de apropiación de los depósitos del público por parte del gobierno. Debido a la inoperancia y al desinterés por efectivizar medidas antirecesivas y una cierta complicidad con el sector privado, comenzó a producirse una mayor y cada vez más importante evasión de capitales hacia el exterior de nuestro país. Esta fuga de capitales no era algo original, por el contrario, era y continua siendo una situación sumamente compleja que en nuestro país se ha transformado en una inveterada costumbre de los grandes capitales. Pero las características que adquirió durante el 2001 han sido inéditas. Lo más llamativo y que demostraría la connivencia y la complicidad de sectores del gobierno con el sector privado para facilitar la fuga, es que el gobierno no hizo absolutamente nada para detener la hemorragia de capitales al exterior. Recién casi a finales de año, el Parlamento produjo una ley sobre la intangibilidad de los depósitos pero ya era tarde. La sangría no terminaba. Uno de los últimos actos -quizá el más perverso - del cavallismo - delarruísmo ha sido el establecimiento el 3 de diciembre pasado, del mal denominado "corralito" que ha significado, de hecho, la confiscación del dinero depositado en distintas formas en la banca que opera en nuestro país. Una situación inédita en la historia argentina y desconocida en el mundo. Con la asunción del Dr. Eduardo Duhalde a la presidencia de la Nación y la designación como ministro de economía del fiel discípulo del "cavallismo" Jorge Remes Lenicov, la situación se tornó profundamente agravada. Varios millones de compatriotas nuestros que tienen depósitos en plazo fijo en pesos o en dólares o en cajas de ahorros y aún en cuentas corrientes, hecho absolutamente normal en cualquier país del mundo, sufrieron primero la denominada "pesificación" efectuada de manera compulsiva. Se les cambió los dólares a un precio arbitrario de $ 1,40, con lo cual perdieron inicialmente un 25% del valor equivalente en moneda extranjera. Posteriormente los vencimientos fueron reprogramados a plazos que iban de uno a tres años que, de haberse mantenido tal postura, la pérdida total sería del orden del 60% sobre el valor original del depósito. Luego de la votación efectuada por la mayoría regimentada realizada el miércoles 24 de abril de este año en el Parlamento Nacional de la denominada ley tapón que impide la efectivización de los derechos de amparo, y el posible establecimiento de un incierto plan Bonex, Bonus o como se llame el que imponga el nuevo ministro de economía Roberto Lavagna, que postergará por años la devolución de los dineros atrapados, y que si se llega a materializar, la pérdida que experimentarán los depositantes o ahorristas sería inconmensurable. Aclaremos algunas cosas elementales Recordemos, tal como lo hemos señalado precedentemente que debido al desgobierno del ya mencionado dúo Cavallo - de la Rúa, la desconfianza en el "modelo" comenzó a generalizarse y una forma perversa que adquirió fue la fuga de capitales al exterior. Debe aclararse que dicha evasión puede materializarse únicamente a través de la banca transnacional. En dicha huida se mezclaron pequeños evasores con los grandes grupos económicos y con los propios bancos transnacionales. Según informaciones brindadas por el Banco Central durante el año pasado se fueron del país 20.000 millones de dólares. Y en lo que va de este año 2002 lo hicieron más de 2.400 millones. De ello da cuenta la caída de las reservas en poder del Banco Central. Pero sería pecar de una gran ingenuidad creer que los grandes evasores efectúan sus negociados de manera que el B.C.R.A. pueda contabilizarlo. Todo se hace en la más profunda clandestinidad y bajo el amparo del "secreto bancario". La evasión de dineros del país en gran escala sería imposible de materializar sin contar con complicidad y la ayuda de la banca, principalmente de la banca transnacional. Las cifras del capital evadido serían de una magnitud extraordinaria, muy superior a la que se declara oficialmente, y la banca ha participado también activamente en esta operatoria y han producido el vaciamiento financiero que padece nuestro país. Este conjunto de factores indicarían cada vez con mayor claridad de que el "corralito" dictado por el cavallismo haya servido para encubrir y blanquear el enorme desfalco realizado. Por su parte y con el objeto de no devolver los dineros de los ahorristas y depositantes, la banca aduce a) que dichos fondos han sido prestados y b) que la banca sufre pérdidas enormes. Si fuera verdad lo que la banca indica se desprendería que los bancos han prestado muy por encima de sus posibilidades y por eso es necesario aclarar: 1) que ello va en contra de todas la reglas de buen manejo financiero, 2) que el BCRA no ha cumplido siquiera parcialmente, con su misión de controlar eficientemente al sistema bancario. Por otra parte, todos conocemos lo difícil que ha sido y es obtener algún escaso crédito bancario, tanto para particulares como para PYMES. Las grandes empresas transnacionales o asociadas con los grupos concentrados de capitales son las mayores deudoras del sistema bancario. Y como las deudas se materializan en diferentes tipos de documentos, sería natural y lógico que con dichos documentos se paguen las deudas contraídas con los ahorristas. Debe quedar claro, como lo hemos señalado reiteradamente, que si las filiales de la banca transnacional, aunque tengan la forma jurídica de sociedad anónima argentina, dicen que no pueden hacerse cargo de sus compromisos aquí, deben hacerlo obligatoriamente las firmas matrices, tal como indica la jurisprudencia nacional. Existe otra posibilidad y es que la banca transnacional se haga cargo de la cartera de los préstamos otorgados por sus filiales que, como se sabe, dichos créditos han sido colocados a tasas de interés muy por encima de las vigentes en el mercado internacional. Analicemos con otros elementos la actitud de la banca extranjera. En un estudio publicado en Nueva York por la firma estadounidense Moody´s Investors Service y reproducida por un matutino local, se señala que los bancos han declarado pérdidas en nuestro país por una cifra del orden de los 8.000 millones de dólares. Pero es necesario aclarar tal como la propia firma norteamericana señala que dicho importe en realidad no es una pérdida real y efectiva sino que por el contrario se trata de previsiones. Como se sabe las previsiones se declaran en los balances para cubrir posibles pérdidas futuras, que pueden producirse por menores ventas y depreciación por los activos físicos por causa de la devaluación. Resulta habitual que las previsiones se envían a las Reservas y puede optarse por abonar menores dividendos. Ello causa protestas de los accionistas, pero son conscientes que más tarde recibirán esos beneficios postergados En resumidas cuentas las pérdidas que la banca indica haber sufrido no existen. Lo que realmente no existe es el ánimo de devolver los dineros confiscados arbitrariamente. Se ha llegado a un punto tan inconcebible que el Estado está tratando de emitir bonos a largo plazo, interviniendo para salvaguardar a la banca, solamente le está solicitando a ésta que participe con un 10/15% de la emisión de bonos. Aún si la banca aceptara tal solicitud, implicaría que se carga a todo el país con una deuda que no le corresponde asumir. Puesto que se trata de deuda del sector financiero privado extranjero. Ante tales peligrosos dislates y ante la gravedad de la situación considero que es imprescindible efectuar un verdadero y amplio debate en el que participen representantes de los ahorristas, de la banca, del estado y economistas con trayectoria no vinculada al establishment ni a los bancos, para acordar una auténtica solución, - con los menores perjuicios posibles para las partes involucradas - a un problema que afecta a millones de argentinos y a la economía nacional. Nello change the world before the world changes you because another world is possible www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm