Da: "Nello Margiotta" A: Oggetto: COSTA RICA:Una nueva era de fragmentación política Data: lunedì 4 febbraio 2002 23.08 Néfer Muñoz SAN JOSE, 4 feb (IPS) - Las elecciones del domingo en Costa Rica confirmaron el resquebrajamiento del bipartidismo, aunque los candidatos de los partidos tradicionales, el oficialista Abel Pacheco y el opositor Rolando Araya, lograron pasar a la segunda vuelta, que se realizará el 7 de abril. El centroderechista Pacheco, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), y el centrista Araya, del Partido Liberación Nacional (PLN), deberán desplegar un gran esfuerzo de negociación para captar el fortalecido voto de los grupos menores. Y quien de ellos logre finalmente la presidencia estará obligado a buscar el apoyo de otros partidos para la aprobación de sus principales iniciativas. El Congreso legislativo unicameral, de 57 escaños, se compondrá de 19 legisladores del PUSC, 17 del PLN, 14 del centrista Partido Acción Ciudadana (PAC), seis del derechista Movimiento Libertario y uno del Partido Renovación Costarricense, definido como cristiano. "Costa Rica está viviendo una transformación política", dijo a IPS la diputada electa Epsy Campbell, del PAC, un partido con 14 meses de trayectoria que nutrió sus listas de dirigentes de organizaciones no gubernamentales, de la sociedad civil y ambientalistas. El resultado de las elecciones indica que el PUSC y el PLN, que se han alternado en el poder en los últimos 50 años, han sido cuestionados porque sus dirigentes se distanciaron de las necesidades del pueblo, afirmó Campbell. Pacheco resultó el candidato más favorecido por los votantes, con 38,5 por ciento de los sufragios, pero no alcanzó el 40 por ciento requerido para alcanzar la presidencia en la primera vuelta electoral. Araya recibió 31 por ciento de los votos, y Ottón Solís, del PAC, 26,3 por ciento. La abstención, entre 2,2 millones de votantes habilitados, ascendió a cerca de 30 por ciento. Los comicios tenían la finalidad de elegir presidente, dos vicepresidentes, 57 diputados y 501 regidores municipales. El PLN había ganado siete de las últimas 12 elecciones. El principal reto político del próximo presidente será hacer que la población recupere la confianza en la política y en sus instituciones, dijo a IPS el sociólogo que coordina el informe nacional de desarrollo humano Proyecto del Estado de la Nación, Miguel Gutiérrez. "Para esto es indispensable generar nuevos acuerdos, con reglas muy transparentes" destinados a "reducir la pobreza, mejorar la educación" y aceitar el vínculo entre los sectores económicos más dinámicos, sostuvo Gutiérrez. Veinte por ciento de los 3,8 millones de habitantes de este país viven debajo del umbral de pobreza. El ascenso del PAC, según analistas, es la culminación de las protestas iniciadas en 2000, cuando miles de costarricenses se lanzaron a las calles para rechazar el fin del monopolio de la electricidad y las telecomunicaciones acordado por el PUSC y el PLN, que debieron dejar de lado el proyecto de ley al respecto. Al mismo tiempo, la representación parlamentaria del Movimiento Libertario, encabezado por su hasta hoy único legislador, Otto Guevara, se multiplicó por seis, en parte por la insatisfacción de un sector de la derecha tradicionalmente votante del PUSC, según explicó el propio candidato. Guevara resaltó en sus discursos valores como la libertad económica, la ruptura de los monopolios para aumentar la riqueza y la eficiencia del Estado. La campaña del Movimiento Libertario no apuntaba a obtener la presidencia, sino a aumentar su bancada parlamentaria, una estrategia que resultó exitosa. "Si con uno hicimos muchas cosas, con muchos diputados haremos más", indicó uno de sus últimos mensajes publicitarios. La sociedad costarricense pasa por un momento de transición en los que busca nuevos espacios de conciencia, dijo a IPS el profesor de la Universidad de Costa Rica Roberto Salom. "El próximo gobierno deberá ser capaz de negociar, y a plena luz del día, porque ya no se podrán hacer pactos bajo la mesa. Será necesaria una mayor transparencia", opinó Salom, de profesión sociólogo. El crecimiento del producto interno bruto se redujo en 2000 a 1,7 por ciento, frente a 8,4 por ciento de 1999 y a seis por ciento promedio de la década del 90. En ese mismo año, el déficit fiscal ascendió a 3,8 por ciento del producto, 0,6 puntos porcentuales más que en 1999 y 1,8 por ciento más que en 1998. El proóximo presidente tendrá que desplegar una gran capacidad negociadora para poder encaminar el país, según Salom. "El otro escenario posible que podría presentarse es la ingobernabilidad", advirtió el experto. Una serie de hechos de corrupción también influyeron en el resultado de las elecciones. Los aún no aclarados desvíos millonarios de dinero procedente del Fondo de Emergencias Nacionales y del Fondo de Asignaciones Familiares --ambos estatales-- cansaron a la población, advierten analistas. A estos escándalos se sumó la quiebra del Banco Anglo Costarricense, el más antiguo del país, durante el gobierno de José María Figueres (1994-1998), así como constantes denuncias de tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito y mala gestión administrativas. "El próximo mandatario recibirá a una Costa Rica en crisis política, pues los partidos que pierdan" se embarcarán en un "boicot contra el nuevo gobierno", dijo a IPS el analista costarricense Francisco Escobar. Escobar consideró que la nueva administración tendrá que tomar medidas económicas drásticas, las cuales podrían abrir un periodo de inestabilidad política. Nello change the world before the world changes you www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm