Da: "Nello Margiotta" A: Oggetto: Confabulación en Miami para atacar a Venezuela Data: mercoledì 29 gennaio 2003 21.39 Washington, 29 ene (PL) Cuando la Casa Blanca afirma librar una guerra contra el terrorismo, en su propio patio, sin embargo, grupos extremistas de cubanos y venezolanos se confabulan e incluso entrenan militarmente para atentar contra sus países de origen. Los cabecillas de la organización F-4, que ha admitido sus actos terroristas contra Cuba, y de la llamada Junta Patriótica Venezolana, liderada por un oficial golpista, firmaron "una alianza cívico-militar" en su empeño por derrocar a los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez, informó el diario The Wall Street Journal. Los Comandos F-4 están encabezados por Rodolfo Frometa, de 56 años, y la Junta Patriótica por el capitán golpista Luis Eduardo García, 37, quien sumado al fallido golpe de abril fue uno de los primeros uniformados disidentes que atacó al Palacio Presidencial de Caracas para sacar del poder al mandatario democráticamente electo en ese país sudamericano. El Journal recuerda que F-4, que tiene su comandancia en la llamada Pequeña Habana, es uno "del montón de pequeños y mayoritariamente desdentados" grupos cubano-americanos empeñados en derrocar al gobierno de la Isla. Las dos agrupaciones se comprometieron -señaló el rotativo- a unir su "experiencia militar combinada e intercambiar información de espionaje" en su pretensión de atacar a las legítimas autoridades de La Habana y Caracas. El propio García reveló que está brindando entrenamiento militar en un polígono situado en la ciénega de Everglades a unos 50 miembros de los Comandos F-4, 30 de ellos cubano-americanos y el resto venezolanos disidentes radicados en Miami. En días recientes, el grupo de García suscitó un revuelo en Miami con una enardecida rueda de prensa antichavista, en la que presentó al mayor Juan Díaz Castillo, también militar golpista. Después de ese encuentro, Castillo viajó a Washington para trabajar en una misión secreta, según dijo García. El Journal indicó que desde entonces al mayor golpista no se le ha visto en público. Durante las últimas cuatro décadas, Miami ha sido "un invernadero" de intrigas y conspiraciones anticubanas, con apoyo de la CIA y el visto bueno de sucesivas administraciones norteamericanas. Con posterioridad, en los años 80 -rememora el Journal- esa ciudad se convirtió en centro de confabulaciones cuando la administración del presidente Ronald Reagan financió a la contrainsurgencia nicaragüense, campaña a la que se sumaron también los cubano-americanos radicales "que trabajaron mano a mano con el teniente coronel Oliver North." José Posada Carriles, hoy detenido en Panamá por atentar contra la vida de Fidel Castro, por ejemplo, fue uno de los hombres de confianza de North en El Salvador en el suministro ilícito de armas a la llamada Contra. Ahora que se intensifica el conflicto político en Venezuela, Miami da refugio a un creciente número de extremistas antichavistas en medio de un éxodo de unos 10 mil venezolanos que se han asentado en esa urbe en los últimos tres años. Los "recién llegados" encuentran en la bien establecida comunidad cubano-americana, en particular sus sectores más radicales, "entusiastas aliados" en su lucha contra Chávez, quien es visto en los predios miamenses como una copia del dirigente cubano, señala la publicación. Antonio Esquivel es un cubano-venezolano radicado en Miami, organizador de una marcha antichavista el pasado 18 de enero, quien también proclamó que "vamos a ayudar combatir a los amigos de nuestro enemigo." Los acontecimientos en Venezuela son seguidos "intensamente" en Miami, donde quien tenga una opinión contraria a la corriente puede pagar un precio alto -advierte el Journal- e ilustra como Carlos Matamoros, un conductor radial favorable a Chávez, fue atacado en una cafetería. ************************************************** Nello change the world before the world changes you because another world is possible