Da: "Nello Margiotta" A: "latina" Oggetto: ECUADOR-COLOMBIA:Quito no declara terroristas a las FARC Data: sabato 8 marzo 2003 9.28 Kintto Lucas QUITO, 7 mar (IPS) - El gobierno de Ecuador no declarará terroristas a los grupos armados ilegales de izquierda y de derecha que actúan en Colombia para no intervenir en la guerra civil de ese país, dijo este viernes a IPS la ministra de Relaciones Exteriores, Nina Pacari. Pacari estimó que declarar terroristas a las rebeldes e izquierdistas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), como propuso la embajadora estadounidense en Ecuador Kristie Kenney, sería tomar partido por una de las partes y eliminaría la posibilidad de que Ecuador participe como facilitador en un proceso de paz. "Hacer declaraciones en ese sentido significaría una forma de intervención, por lo tanto no estamos de acuerdo en poner calificativos a quienes participan en el conflicto colombiano", afirmó Pacari. La canciller ecuatoriana explicó que su gobierno solicitó al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Kofi Annan, que convoque a las partes en conflicto a y buscar una salida política pacífica. "Nuestro gobierno se ofreció, si fuera necesario, como facilitador de esos posibles diálogos", arguyó Pacari. La embajadora Kenney había señalado esta semana que era necesario declarar " terroristas" a las FARC. La semana pasada, fuentes militares que prefirieron mantenerse en el anonimato adelantaron a IPS que Ecuador no declararía terroristas a los grupos insurgentes colombianos porque sería "intervenir de forma indirecta en el conflicto" de ese país, algo a lo que "las Fuerzas Armadas ecuatorianas no están dispuestas". El gobierno colombiano lanzó una ofensiva diplomática para lograr que las naciones de América Latina declaren terroristas a las FARC, a las que acusa de atentados que causaron el mes pasado medio centenar de muertos, la mayoría civiles. Los presidentes de América Central apoyaron de inmediato esa posición de Bogotá en una cumbre realizada en Panamá, pero cartas enviadas por el presidente colombiano Alvaro Uribe a sus pares andinos no obtuvieron el mismo eco. Uribe debió darse por satisfecho con una declaración unánime de condena al terrorismo de la Organización de Estados Americanos que consideró " satisfactoria", ante la falta de respuestas individuales de los gobiernos de la subregión. Tampoco Brasil se mostró proclive a una declaración semejante, lo cual creó tensiones entre Bogotá y Brasilia. El jefe del ejército de Ecuador, Octavio Romero, explicó que la decisión está en manos del gobierno, y que las Fuerzas Armadas no adoptarán calificativo alguno para los grupos insurgentes colombianos de izquierda y de derecha. Romero ordenó reforzar los destacamentos militares y los patrullajes en los límites con Colombia para prevenir incursiones de grupos armados "porque en cualquier lugar (de la frontera) podemos sufrir anomalías". "Los grupos que realizan acciones terroristas deben ser declarados como terroristas", sostuvo a fines de febrero la alta consejera del presidente colombiano Alvaro Uribe y directora del Plan Colombia, Sandra Suárez, de visita en Ecuador. Con todo, Suárez aseguró que su viaje no era para presionar a Quito en ese sentido, sino "para explicar en qué consiste el Plan Colombia", de combate al narcotráfico y financiado por el gobierno de Estados Unidos. "Nosotros no vemos al Plan Colombia como un problema sino como una solución. Este plan tiene un 50 por ciento de programas de inversión social y el 50 por ciento de iniciativas contra el narcotráfico", arguyó la funcionaria colombiana. Sin embargo, aclaró que su visita "no apunta a lograr una mayor participación del Ecuador en el Plan Colombia". La renuencia de los militares ecuatorianos a calificar como "terroristas" a las guerrillas izquierdistas y los paramilitares de derecha que actúan en Colombia fue respaldada por el coronel retirado Jorge Brito, uno de los líderes del levantamiento del 21 de enero de 2000 -que condujo a la caída del ex presidente Jamil Mahuad-, y del que también participó el actual mandatario Lucio Gutiérrez. Brito, quien tomó parte de la guerra contra Perú de 1995, explicó que una declaración semejante sobre las FARC, sería colocarse del lado del gobierno colombiano, lo que significaría tomar partido por una de las fuerzas en conflicto. De acuerdo al coronel retirado, el respaldo de Gutiérrez a su par colombiano, el derechista Uribe, formulado a mediados de este mes durante una visita a Washington, "era contraproducente para asumir una posición neutral". Según la fuente consultada por IPS, las declaraciones de Gutiérrez sólo apuntaban a reafirmar la necesidad de ayudar a Uribe y las partes en conflicto a hallar una salida pacífica. "No se entendieron en todo su sentido las palabras del presidente, quien como militar sabe que la mayoría de quienes integramos las Fuerzas Armadas no estamos de acuerdo en involucrarnos en un conflicto ajeno", arguyó. "Es muy diferente el conflicto con Perú, en el que defendíamos nuestra soberanía", alegó en referencia a la guerra contra el país vecino por la demarcación fronteriza de la cordillera del Cóndor. Poco antes, en un acto ante la marina, el propio Gutiérrez se encargó de aclarar que sus palabras habían sido mal interpretadas. "Ecuador no se va involucrar en el conflicto colombiano", dijo Gutiérrez. La guerra civil en el país vecino "lleva más de 30 años y Ecuador no se ha involucrado" en ella. "Hay claridad en las Fuerzas Armadas ecuatorianas que no deben ni pueden involucrarse", abundó Brito. A su juicio, el Plan Colombia está dirigido a combatir a la guerrilla y desde el comienzo de su aplicación en 2000 sólo ha servido para profundizar la guerra. El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Oswaldo Jarrín, explicó a fines de febrero que la fuerza aérea utilizará la occidental base de Manta como "punto de partida de las operaciones" de protección a la frontera norte. Según Jarrín, Manta es estratégica para la seguridad interna del país, razón por la cual un número no precisado de aviones se movilizará a esa base aérea. Sin embargo, desde 1999, 80 por ciento de las instalaciones de la base esta en manos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para el combate al narcotráfico. Jarrín dijo que "en las próximas semanas se aplicará un plan operativo conjunto, entre las fuerzas naval y aérea, para dar seguridad interna ante la posible incursión de irregulares armados o de narcotraficantes". El comandante de la parte ecuatoriana de Manta, coronel William Orellana, no quiso revelar detalles del plan operativo. Consultado sobre dónde serán ubicadas las naves de la marina ecuatoriana, Orellana respondió que sería necesario "hacer un espacio", justificando que "las Fuerzas Armadas quieren demostrar que la base está bajo control nacional, y no estadounidense". Por su parte, la funcionaria colombiana Suárez señaló que Bogotá también reforzaría militarmente la frontera con Ecuador, donde actúan grupos insurgentes, porque "no va a descansar en el esfuerzo de conseguir un mayor control territorial" de su país