Da: "Nello Margiotta" A: Oggetto: PERU: Acuerdo privado Data: venerdì 5 luglio 2002 8.13 Agustín Haya de la Torre El Acuerdo Nacional de Gobernabilidad que plantea el gobierno tiene un eje muy claro, definido en la "primera política de Estado": el "principio de subsidiariedad". En latín significa "tropas de reserva" y en el diccionario del dogma neoliberal quiere decir por tanto un Estado residual. Este concepto tiñe toda la propuesta y restringe hasta hacerla desconocida la noción de economía social de mercado. A partir de allí quieren pasar como consenso las exoneraciones de impuestos a la inversión y la obligación de entregar en concesión la inversión pública en infraestructura para que la ganancia la realicen los privados. El propósito de usar al Estado para sus negocios queda ratificado en el párrafo alcanzado el 7 de junio sobre competitividad. Dicen que se trata de actuar "enfatizando el rol subsidiario del Estado" para dar "renovado impulso al proceso de transferencia y puesta en concesión de activos y proyectos públicos al sector privado, iniciando una nueva etapa de privatizaciones con... rostro social". Resulta increíble que se pretenda construir la democracia con tan descarado propósito privatizador, insistiendo y hasta profundizando el modelo de capitalismo salvaje de la constitución de la dictadura fujimorista. En el momento en el que las políticas neoliberales han fracasado en todo el mundo y han llevado a crisis extremas como la Argentina. Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía acaba de publicar un libro extraordinario, que titula El malestar en la globalización, parafraseando a Sigmund Freud. En el revela, desde su experiencia como economista jefe del Banco Mundial la orientación descarada de las políticas de ajuste estructural del "consenso de Washington" como la búsqueda de rentabilidad para las grandes empresas transnacionales y como el mecanismo impuesto sin consideración alguna para asegurarse el pago de la deuda externa. Stiglitz llama a las políticas de privatización políticas de sobornización, por la corrupción de los funcionarios públicos y los inversionistas que convierten a precio de regalo la propiedad social en propiedad privada. Juicio que en nuestro caso podemos aplicar sin problemas desde el festín privatizador de la dictadura hasta el no pago de impuestos que el señor Kuczynski consiguió para sus empresas eléctricas el semestre pasado y que ahora quieren continuar en el sur. Es absurdo que se pretenda construir un acuerdo nacional sobre la base del interés privado. La democracia en su acepción contemporánea se asienta en los derechos fundamentales como expresión de la libertad, tal como lo definen desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos hasta la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas que consagra el derecho al desarrollo. Es una burla a la dignidad de los peruanos que los neoliberales del gobierno, en ese mismo documento, arrinconen los pactos internacionales sobre derechos económicos y sociales, y el mismo derecho al desarrollo, a la política exterior; cuando conceptos universalmente aceptados sobre la democracia sustentada en la equidad y la justicia social son los que deben ser convertidos en la base de cualquier proyecto nacional que quiera construir un auténtico Estado democrático y social de derecho. Índice AI: AMR 18/002/2002/s (Público) ************************************************** Nello change the world before the world changes you because another world is possible