Da: "Nello Margiotta" A: Oggetto: Venezuela: Porqué no cae Chavez Data: lunedì 17 febbraio 2003 23.24 Jorge Armand Para muchos debe ser un misterio el hecho de que a pesar de haberse intentado todo lo imaginable e inimaginable para sacar a Chávez del poder; desde un sangriento golpe de Estado cívico-militar en abril de 2002 hasta un devastador sabotaje en contra de las bases de la economía nacional en diciembre y enero de 2003; todo ello acompañado de una campaña mediática de proporciones inéditas, de cientos de marchas y "cacerolazos" durante mas de un año; y hasta de un intento de fraude electoral este mes de febrero, Chávez sigue tan campante como en sus mejores tiempos, y lo que es más, según algunos, mas firme en su puesto que nunca. Obviamente, esto representa una colosal derrota para una oposición que había jurado a muerte salir de Chávez antes de la Navidad. El haber contado para ello con recursos mediáticos y financieros de una magnitud incalculable e ilimitada, así como con una libertad irrestricta (incluso mas allá de lo legalmente tolerable en cualquier país), resalta aún mas el drama que vive en estos momentos la oposición venezolana . ¿Por qué no cae Chávez?. ¿Cómo explicar una capacidad de resistencia que no tiene parangón en la historia de los gobernantes del hemisferio occidental?. La razón que primero salta a la vista es sencillamente que Chávez cuenta con el respaldo de las mayorías sociales de su país. De lo contrario no hubiese superado ni el primer "round". Esto es lo que dice la lógica. Otra de las razones evidentes es el origen legitimo y constitucional de su mandato, lo que le ha valido el apoyo de la Fuerza Armada venezolana, quien por una tradición que lleva ya medio siglo, esta apegada a la constitucionalidad y a los principios democráticos. Igual sucede con el apoyo que el gobierno ha recibido de muchos mandatarios y parlamentos latinoamericanos y europeos. Por otra parte, la naturaleza enfermiza (paranoide), de esa conspicua obsesión de "salir de Chávez a como de lugar", que identifica mas que cualquiera de sus rasgos a la actual oposición venezolana, conduce necesariamente al fracaso y a la autodestrucción. La oposición se ha destruido ella misma, puesto que el gobierno ni ha hecho presos o exiliados políticos a sus oponentes, ni ha cerrado ningún canal de televisión o diario opositor. Por el contrario, todo lo que el gobierno ha hecho al respecto es esperar a que las furiosas e irracionales embestidas de la oposición se revirtieran en contra de ella misma, tal como los maestros del arte marcial del Aikido hacen con sus contrincantes. Una estrategia política que por su novedad y efectividad debería ser objeto de estudio por parte de politólogos e historiadores. Estas razones, sin embargo, no bastan para explicar la fortaleza del chavismo. Para ello es necesario que adoptemos una perspectiva mas amplia, situando el fenómeno del chavismo en el contexto mundial de la post-Guerra Fría. Chávez simboliza la actual lucha de todos los pueblos del mundo por una democracia social y protagónica frente a la hegemonía política, económica y social del neoliberalismo, que es una ideología al servicio de las élites del poder. Precisamente, uno de los mejores paradigmas de esta lucha mundial es la Constitución actualmente vigente en Venezuela, la cual es de origen netamente chavista. Esto ha sido reconocido por el Foro Social Mundial en sus mas reciente encuentro de Porto Alegre (Brasil); evento que reunió a miles de representantes de numerosas naciones del orbe, con el propósito de luchar por un modelo de integración planetaria distinto del de la globalización neoliberal impuesto por un puñado de transnacionales y de los gobiernos mas poderosos de la Tierra (Grupo de los 7), quienes de han erigido desde hace poco más de una década en los nuevos amos del mundo. Un modelo de integración planetaria o mundialización basado en una verdadera libertad de mercado y no en el proteccionismo hipócrita o en el ventajismo de estos últimos. En la solidaridad humana y no en el darwinismo social. En la democracia internacional y no en ese unilateralismo hegemónico representado por los Estados Unidos después de la caída del Muro de Berlín, el cual se asemeja cada día más, en lo esencial, al viejo imperialismo de los siglos XVIII y XIX. El chavismo (con o sin Chávez), es parte de esta lucha titánica. Chávez cabalga en las crestas de las olas del océano de la Historia, cual símbolo vivo de la eterna lucha de la humanidad por la Justicia y la Libertad. Por esto Chávez no caerá nunca, ya que Chávez no es una persona, es el Pueblo y es la Historia. Mérida (Venezuela), 03 de Febrero de 2003 jorgearmand7@hotmail.com ************************************************** Nello change the world before the world changes you because another world is possible