Da: "Nello Margiotta" A: Oggetto: Venezuela: un nuovo inizio? Data: domenica 5 maggio 2002 12.46 ALAI, América Latina en Movimiento 2002-05-01 ¿Un Nuevo Comienzo? Aníbal Quijano Lo que acaba de ocurrir en Venezuela requiere ser examinado con mucho cuidado, no sólo y no tanto por sus implicaciones sobre las circunstancias locales, sino ante todo respecto del contexto global y de sus tendencias y opciones alternativas. Si aquellos sucesos han desembocado en un resultado difícilmente esperado por la mayoría de los observadores del mundo y de América Latina, se debe a que su elemento clave era - en el escenario armado por la victoriosa contrarrevolución mundial que se llama globalización - aún más difícilmente esperado: la decidida acción de las masas populares que logró la alianza de determinadas fracciones militares para derrotar a la quizás más feroz reacción burguesa de hoy en toda América Latina. Es necesario no perderlo de vista: es la primera victoria de las masas populares en América y en el mundo en muchos años. Eso es sin duda mucho más importante que todo lo demás en la escena venezolana, incluido el propio Chávez. Por eso, sostener, afirmar y ahondar esa victoria es no sólo importante para lo que venga en Venezuela, sino, por encima de todo, porque de ese modo podría constituirse en el preludio y el símbolo del comienzo de un nuevo horizonte para las víctimas de la voracidad capitalista neoliberal y de la imposición del imperialismo global. En la escena mundial, las más perversas y oscuras fuerzas del actual patrón de poder avanzan, hasta aquí sin resistencia eficaz, barriendo a su paso todos los derechos sociales conquistados por los trabajadores en cientos de años, desmantelando los parapetos institucionales que habían sido establecidos para defenderlos, fragmentando y dispersando sus agrupamientos sociales y políticos, des-democratizando y des- nacionalizando sociedades y estados, polarizando de modo extremo la población mundial entre un puñado de ricos y una creciente mayoría de pobres cada vez más empobrecidos, todo a favor de la voracidad predatoria de la especulación financiera y del control imperial de la autoridad política mundial por un pequeño grupo de estados y de grupos capitalistas imperialistas. Dichos estados y grupos capitalistas forman ahora un Bloque Imperial Global, una suerte de gobierno mundial invisible bajo la total hegemonía de Estados Unidos y procuran reducir a los demás estados a servir de correas de transmisión y de administración local de los intereses imperialistas, como en Argentina o como en Perú durante los últimos 15 años, sin duda los más flagrantes ejemplos en América Latina. La pregunta obvia en todo el mundo es si estas fuerzas van a continuar indefinidamente concentrando bajo su control los recursos, las riquezas, los productos, los ingresos, la libertad del mundo, mientras del otro lado crece una población cuya mayoría ya no dispone inclusive de medios de sobrevivencia, ya que cientos de miles de sus niños mueren diariamente de hambre. Y si, de otro lado, sus obvios designios de re- colonización global del mundo, acelerados después del infausto 11 de setiembre pasado, no podrán ser detenidos; si el holocausto palestino y la re-colonización de los pueblos de esa región no serán contenidos; si los planes de control directo de regiones enteras en América Latina como la andino-amazónica, usando como plataformas los propios territorios de estados ahora virtualmente satelizados o en pleno curso de serlo, como Perú , tampoco podrán ser contenidos. El lugar del "chavismo" en la resistencia mundial y la nueva derecha venezolana. Ciertamente, la resistencia mundial contra esas fuerzas ya ha comenzado y va organizándose y movilizándose con nuevas formas y con nuevas perspectivas cuyo debate ya está, así mismo, comenzando. Esa resistencia crece como una marejada, desde el centro y desde los márgenes del poder imperialista globalizado. Pero es aún demasiado dispersa y no tiene, en consecuencia, capacidad de enfrentarse con éxito inmediato a la ofensiva mundial del capitalismo imperialista, ni objetivos inmediatos de conquista especificados y/o localizados. Aún no ha llegado a producir una organización poderosa, ni un régimen político con alguna presencia no desdeñable en el escenario mundial. Por eso es, sin duda, que inclusive un régimen como el de Chávez, no obstante todas sus ostensibles limitaciones y contradicciones - socialmente tan ambiguo que en la práctica ha llegado, después de tres años de gobierno, apenas a una limitadísima redistribución de ingresos devolviendo a los niños pobres a la escuela y aumentando moderadamente algunos salarios; con un desaforado extremismo político vocal tan lejano de alguna radicalidad efectiva en la distribución de poder en la sociedad venezolana; con su caudillismo arrogante, hasta prepotente, más típico del militarismo gorila de los 70s, que de los posibles parientes de Chávez en el liderazgo nacional-democrático-popular latinoamericano de períodos previos; desinteresado por lo mismo en, quizás inclusive opuesto a, la organización política autónoma de las masas venezolanas, porque habría que admitir su acceso al control de la autoridad política, o por lo menos su importante influencia sobre ella; por eso mismo confiado más en las fuerzas armadas que en las masas organizadas - puesto que emergía con un discurso enfrentado a la prepotencia imperialista mundial y al aplastamiento de las propias masas venezolanas, concitó en ellas un apoyo entusiasta, así como la adhesión, incluso acrítica, de muchos sectores de las capas medias antes vinculados al ex "campo socialista", dentro y fuera de Venezuela y, ciertamente, también la atenta expectativa de otros sectores sobre el posible desenvolvimiento de la nueva situación latinoamericana a partir de Venezuela, no sólo debido al "chavismo", sino también a la posición importante del país entre los países productores de petróleo. Por otra parte, los enemigos locales del "chavismo" forman una nueva derecha en América Latina. Hay que recordar que en Venezuela, antes de la elección de Chávez, la "derecha" era, en términos generales, socialdemócrata, aunque diferenciada en los dos partidos que se alternaban en el gobierno durante casi 50 años, Acción Democrática, una parte del "aprismo" latinoamericano adherida a la Segunda Internacional después de la Segunda Guerra Mundial, y COPEI, parte de la Democracia Cristiana, también socialdemócrata en los hechos aunque con discurso, estilo y algunas acciones algo más a la derecha que la de AD. Mientras lo permitía la renta petrolera de un país que ocupa el cuarto lugar entre los países productores de petróleo, unos 16 mil millones de dólares anuales en los áureos años de aquella socialdemocracia criolla, esa política se reprodujo sin sobresaltos hasta fines de los 80. Y no fueron desdeñables sus realizaciones, en la producción y distribución universal de servicios sociales públicos, en la distribución de ingresos, desigual pero universal durante décadas, la expansión de una clase media rentista y de un salariado conformista, ya que razonablemente bien pagado en sus capas altas, petroleras sobre todo, claro está; la formación de una burguesía principalmente rentista y especuladora, bajo el manto del estado y de la renta petrolera. En breve, una estructura social producida por y adherida a la democracia política y a la política socialdemócrata. Sin embargo, no se expandía al mismo tiempo, ni en verdad se organizaba, una estructura productiva donde pudiera demandarse empleo masivo, producir una masa salarial importante y duradera, absorción y producción de tecnología actual, generar mercado interno y en torno de todo ello una estructura social capaz de sostener la democracia burguesa en el país. Por eso, la debacle producida a fines de los 80 cortó bruscamente la reproducción de esa estructura de relaciones sociales, que se reveló, de ese modo, como casi epidérmica. La debacle fue producida por la succión de las rentas fiscales por los servicios de la deuda externa, por la desaforada corrupción fiscal, que no servía en este caso como un mecanismo de acumulación interna, como en el México anterior a 1980, sino como un mecanismo paralelo de succión de la riqueza del país. La "globalización" implicó, como en todas partes, la contracción de la capacidad productiva, otra que el petróleo, y la disputa extrema por la distribución de ingresos y del acceso al mercado de bienes y de servicios. Las consecuencias políticas de esa tendencia fueron el "caracazo" de 1989, los intentos de golpe militar y el ascenso de la figura política de Chávez. A primera vista pareciera que el "chavismo" es solamente el "estilo" de Chávez, vocal, estridente, prepotente, amenazante, y que por eso es percibido como un peligroso enemigo para la burguesía, las capas medias asociadas y el salariado petrolero. Pero el discurso amenazante no es un problema real o mayor en América Latina, menos aún si es muy estridente. Puede ser un buen pretexto para polarizar las diferencias, pero en América Latina hay una larga experiencia de cómo manejarlo y domesticarlo, o, si no es posible, derrotarlo y castigarlo, como en el caso paradigmático de Alan García. Por eso, la amenaza real en Venezuela no es Chávez, ni el estilo de sus discursos, tan próximo al que manejan los "sanadores" que congregan a grandes multitudes populares en los estadios y plazas de América Latina. La amenaza emergió cuando ese discurso fue apropiado por las masas populares, por las víctimas de la polarizante distribución de ingresos y de acceso al mercado. El "chavismo" actual es la confluencia de las necesidades urgentes de las masas movilizadas con el estridente discurso del caudillo. Y eso, sin duda, sí es una amenaza real para los dueños del poder. Dada la reducción de las riquezas a ser distribuidas y la concentración regresiva de esa distribución, como cuadran a la globalización y a su neoliberalismo, para la burguesía global y sus socios locales es indispensable lograr la máxima y más rápida concentración de ingresos. Para ello se requiere el control de la renta petrolera, ya que ninguna otra fuente de beneficios tiene la misma importancia en el país, y la reducción del gasto fiscal en servicios públicos. Para eso necesitan el total control del estado. Esa es la explicación principal de porqué la antes democrática, flexible y civil burguesía local y sus capas medias en la prensa y en las instituciones públicas ******************************************************************** Nello change the world before the world changes you because another world is possible www.peacelink.it/tematiche/latina/latina.htm